- José Luis González Castaño
- 26 oct 2016
- 2 Min. de lectura
No hace muchos años, cuando se procedía a estudiar la Cadena de valor de una empresa, había que "identificar" la correspondiente al departamento de Mkg.
Desde la perspectiva actual, es fácil concluir que las empresas apenas intuían que su relación con el cliente iba a soportar un cambio radical respecto a su papel en el cada vez más sofisticado mercado.
Hoy, la paulatina e imparable secuencia de incorporación del cliente a la propia cadena de valor de las empresas es una realidad, ayudada por, la explosión de las denominadas eras de la tecnología y de la comunicación.
En consecuencia, las organizaciones empresariales tienen que afrontar su nuevo reto:
Implantar en el día a día de su organización el principio de: Orientación al cliente.
En nuestros días, más que nunca, desde el nacimiento de Mkg (hace más de un siglo), el cliente, se ha convertido en la verdadera razón de nuestro negocio y en consecuencia es la cultura de orientación al cliente la que da sentido y coherencia a toda la organización empresarial.
La primera consecuencia es que el poder de decisión se sigue desplazando hacia ese imprescindible TU que ahora vemos frecuentemente en las campañas de comunicación.
Hoy, ya no podemos "identificar" un departamento de Mkg"…
Hoy el mkg es una actitud, que las empresas tienen que incorporar desde el primer minuto de su ciclo de vida, tanto desde la perspectiva estratégica en su medio, largo plazo como en la implementación de los planes operativos de cada uno de los ejercicios económicos a afrontar.
Hoy, al cliente valora fundamentalmente su vivencia, su experiencia con el producto, servicio que se le ofrece.
Es el cliente, y sólo el quién toma la decisión de incorporarla a sus hábitos de consumo…y ese consumo no para de hacerse complejo y evolucionar, lo que hace que las empresas cada vez tengan más necesidad de adivinar sus necesidades y tendencias para crear nuevas ventajas competitivas sostenibles.
Hoy el Mkg en una verdadera filosofía de actuación imprescindible en nuestro siglo.